
La titular del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, Coro Cillán, ha archivado finalmente la causa abierta contra Ana Rosa Quintana, Telecinco, Cuarzo y los periodistas que participaron en la confesión televisiva de la mujer de Santiago del Valle, Isabel García Rodríguez, el pasado 25 de marzo sobre la culpabilidad de su marido en el asesinato de Mari Luz Cortés.
El auto ha establecido que de las grabaciones aportadas al procedimiento, es decir, las difundidas en el vídeo distribuido por el diario El Mundo en su edición digital, ‘no se puede llegar a considerar que Isabel García Rodríguez actuase violentada de alguna forma para prestar su declaración o participar en las entrevistas televisivas’. ‘Se aprecia que es consciente de cuando está siendo grabada y cuando su imagen es proyectada por televisión’.
Tras esta resolución, la respuesta de Ar y su equipo no se han hecho esperar. Ana Rosa Quintana ha asegurado que está "muy satisfecha" después de que se haya archivado la causa. "Este auto demuestra lo que siempre hemos dicho: sólo hemos hecho nuestro trabajo; un buen trabajo", ha dicho
Al mismo tiempo reiteraba frases como:
- “La confesión en otro medio hubiera sido una gran exclusiva, pero en Telecinco es un delito”
- “Lo penoso es que se haya dado más crédito al testimonio de Isabel García que al de un grupo de periodistas”
Por su parte, Telecinco, también tomaba parte en la opinión sobre el caso: "La decisión de la juez no hace más que confirmar que Ana Rosa Quintana y su equipo habían realizado un trabajo periodístico excelente; es lamentable que el ruido mediático interesado haya opacado una gran exclusiva".
Nuestra pregunta en este caso es la siguiente: ¿Debemos felicitar ahora al equipo de AR por su actuación ahora que la causa ha sido archivada? ¿El método que usaron para sonsacarle la información no sigue siendo el mismo? Entonces, ¿ahora tenemos que felicitarle? Desde luego creemos que no. Todo periodista debe mantener una ética moral a la hora de hacer su trabajo y no sobrepasar los límites. Y aquí desde luego las formas fallaron. No puede ser un referente o un ejemplo a seguir para el resto de los periodistas y esperemos que nadie lo tome como tal.
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